La película, con Patrick Gibson, Sophie Wilde, Sam Neill y Christoph Waltz, nos devuelve al género de la fantasía familiar, lleno de lugares mágicos y aventuras increíbles.

Somos muchos los que, semana tras semana, decidimos cruzar esa puerta mágica que representa la pantalla de cine. Se hace la oscuridad, terminan los anuncios y comienza esa historia que, durante un par de horas, nos va a trasladar a conocer otros personajes, historias y lugares. Pueden ser parecidos a los del mundo real o llevarnos a sitios donde solo existe una frontera: los límites de la imaginación.

Y precisamente a sitios increíbles nos llevará La puerta mágica, la nueva película de la compañía de Jim Henson —creadores de los Muppets y ganadores recientemente del Oscar por el Pinocho de Guillermo del Toro—, dirigida por el australiano Jeffrey Walker, especialista en el terreno televisivo y creador de la serie Young Rock. En La puerta mágica —cuyo estreno está señalado en cines para este viernes 23 de junio— vamos a conocer al joven Paul Carpenter (Patrick Gibson), que comienza a trabajar como becario en la misteriosa empresa J.W. Wells & Co. Y junto a él se sienta la joven Sophie Pettingel (Sophie Wilde), con quien irá dándose cuenta de que la empresa en la que dedican sus horas de trabajo es de todo menos ordinaria. ¿Qué esconden sus cuatro paredes?

En busca del objeto mágico más poderoso del mundo

Resulta que J.W. Wells & Co. está poniendo patas arriba el mundo de la magia. De hecho, sus dueños, Humphrey Wells (Christoph Waltz) y Dennis Tanner (Sam Neill), están aplicando innumerables estrategias modernas a prácticas de magia que deberían permanecer intactas. Y todo ello para lograr conseguir el objeto mágico más codiciado del mundo, aquel que da título a la película. Será justo esta búsqueda la que llevará a la pareja protagonista por innumerables lugares, desde las profundidades de sótanos infestados por diabólicos duendes hasta lo más alto del Himalaya. ¿Lograrán Paul y Sophie convertirse en héroes y salvar el mundo de los villanos?

Como habrás podido comprobar, La puerta mágica devuelve a los cines un tipo de películas que echamos muy en falta y que, durante la década de los 80, era muy habitual: el género de acción y aventuras para adolecentes y jóvenes adultos, en línea con títulos más recientes como la saga de Harry Potter o el spin-off de Animales fantásticos.

Al respecto de este título, el director ha disfrutado enormemente creando su propia historia mágica, una película que va más allá de lo que cuenta la propia fantasía de la trama: “Podría decirse que es una trama clásica sobre el paso a la vida adulta pero ambientada en un universo totalmente alejado de nuestra realidad”.

Una vida adulta que pasa por reconocer cuestiones peliagudas, como que el poder corrompe. Esto se refleja en el personaje interpretado por Cristoph Waltz: “Es el arquetipo de villano que quiere conquistar el mundo”, asegura el actor protagonista, Patrick Gibson.

La de Gibson ha sido una elección infalible para una propuesta como la de La puerta mágica. El director de la cinta afirma que “era el indicado para el papel. Nunca he trabajado con un protagonista tan bien preparado”. El resto del reparto también se deshacen en elogios: Sophie Wilde, que da vida a su compañera de trabajo, ha asegurado que “Patrick es una de las personas más graciosas que he conocido. Le admiro muchísimo. Es genial trabajar con él y ha sido un gran apoyo y un gran amigo. Patrick y [su personaje] Paul son la misma persona. No se me ocurre un actor que encaje mejor para el papel”.

En definitiva, es de agradecer que propuestas tan frescas y maravillosas como La puerta mágica lleguen a los cines para que la familia al completo pueda disfrutar de un estreno lleno de acción y aventura. Su estreno, repetimos, tendrá lugar este 23 de junio en cines y seguro que hará las delicias tanto de los adolescentes que quieren seguir alimentando su hambre de fantasía como la de nosotros, adultos con alma juvenil que añoramos aquellas películas que, durante hora y media, lograban hacernos desconectar y nos transportaban a mundos que solo eran posibles en nuestra imaginación. ¿Te atreves a cruzar La puerta mágica?