Michael B. Jordan dirige y protagoniza la nueva entrega de la famosa franquicia de boxeo. En cines a partir del 3 de marzo.
Por primera vez en más de 40 años y ocho entregas, Sylvester Stallone está ausente en una película de la saga Rocky. Puede que algún que otro fan le eche de menos en Creed III, pero había una razón de peso para tomar esta decisión. Adonis Creed tenía que crecer y liberarse de su mentor. "Rocky está en todo el ADN de estas sagas. Para mí era muy importante contar la historia de Adonis", asegura Michael B. Jordan en una entrevista con SensaCine.
Jordan, que aquí ejerce como director además de protagonista, tenía muy claro la historia que quería contar. Si en la primera película Adonis Creed está intentando averiguar lo que significa el apellido Creed y en la segunda trata de tomar sus propias decisiones en contra de lo que opina Rocky, en esta tercera entrega viajamos a sus orígenes para conocer a fondo al hijo del mítico Apollo Creed.
Adonis creció en un centro juvenil de Los Ángeles, abriéndose camino entre delincuentes juveniles y acarreando el abandono de sus padres. Fue ahí donde el joven Damian, otro chico internado, se convirtió en su hermano. Sin embargo, después de una pelea en la calle, Damian termina en la cárcel, despidiéndose de sus sueños de ser boxeador profesional. Casi dos décadas después Damian ha salido de prisión y quiere recuperar su ambición. Su gran amigo Adonis, ahora convertido en campeón de boxeo, se verá obligado a ayudarle después de haberle dado la espalda.
"Necesitaba que la tercera película estuviera centrada en Adonis y en la familia de Creed, que es por lo que quería que se sintiera más una historia de orígenes y por lo que volvimos al pasado para hablar de los traumas de la infancia de Adonis", asegura Jordan. En este viaje de introspección se hacía necesario dejar a Rocky a un lado para dar paso al nuevo contrincante.
Desde fuera, viendo la franquicia Creed como fan que soy, parecía el camino del héroe. Merlin y el Rey Arturo está juntos todo el tiempo hasta que el Rey Arturo tiene que sacar la espada de la roca. El rey está ahí por lo que ha aprendido y entendido y por lo que Merlín le ha enseñado. Esta película es todo eso. Adonis Creed sacando la espada con toda la tutela y lo aprendido de Rocky
El que dice eso es Jonathan Majors, que da vida a Damien, el viejo amigo de Adonis y nuevo contrincante. Majors da toda una lección interpretativa al dar vida a un expresidiario que resurge para plantearle a Creed un objetivo, a priori, inalcanzable: ser el campeón de los pesos pesados. Al principio se presenta como un personaje inseguro, pero termina convertido en todo lo contrario. Para darle vida, el actor se fijó en las grandes figuras del boxeo -Evander Holyfield, Mike Tyson, Thomas Hearns, Marvin Hagler, Bernard Hopkins...-, pero también en su experiencia propia.
"La inspiración me vino directamente de la calle. La he cogido de personas con las que he crecido, gente a la que he conocido", cuenta Majors, "Me gusta pensar que Creed III es la historia de dos chicos que se sientan en la misma mesa para comer pero en lados opuestos. Vienen del mismo sitio pero hacen un camino diferente. Yo tengo muchas similitudes con ese chico, así que gran parte del trabajo era ser lo suficientemente valiente y sentir la seguridad para abrirse y mostrarlo".
El intérprete creció en Texas después de que su padre les abandonara. Creció cerca de delincuentes recién salidos de prisión y traficantes de drogas, por lo que conoce a la perfección el universo de Damien. Majors utiliza su pasado para construir uno de los personajes más interesantes de la saga Rocky, que no adolece la pérdida de Sylvester Stallone. Al contrario, lo usa para madurar y avanzar.
La importancia de la familia
La familia en esta entrega es muy importante. Ahora que Adonis está más centrado en su familia que nunca, este lado del personaje queda completado con Tessa Thompson, que da vida a su esposa Bianca, y la pequeña Mila Davis-Kent, que interpreta a Amara, hija de la pareja. "Creo que aquí la familia lo es todo. Obviamente, son películas de boxeo, pero creo que también van sobre la relación entre el mentor y el alumno, entre padre e hijo. El corazón de estas películas siempre es la familia y eso es emocionante", señala Thompson.
En este sentido, solo Michael B. Jordan podía haber dirigido la cinta. "Sentí que esta era una que tenía que dirigir. No creo que otra persona hubiese podido contar esta historia por lo personal que es y por la visión que quería contar en la franquicia", cuenta el director.